Estefany Barrientos F.
Norma Martínez es tal vez la actriz peruana más camaleónica en cine y teatro. Por estos días regresa a la dirección con ‘Vergüenza’ (en Teatro La Plaza), una obra sobre los prejuicios, la religión y los conflictos con la propia identidad.
‘Vergüenza’ es como el dicho “como te ven, te tratan”.
Claro y creo que estos personajes están bien apegados a la idea de ‘tener’ como idea de éxito y en ese intento se han distanciado de quiénes son en esencia. En esta obra no les queda más remedio que enfrentarse a esa construcción que han hecho de sí mismos. Yo creo que nos pasa a todos en algún momento.
¿Nos ponemos un disfraz?
Aquel que necesitamos para sobrevivir en el mundo, pero a veces exageramos un poco y nos damos cuenta un día, entonces, eso nos produce un vértigo.
Crees que solo aparentamos ser tolerantes.
Creemos que somos más tolerantes de lo que somos. Es como: “Sí yo respeto todas las razas”, pero a la hora de la hora vamos a ver si te gusta que tu hija se case con un musulmán (…). La obra me parece rabiosamente contemporánea y que a pesar de que está ambientada en Nueva York, nosotros estamos encandilados por el desarrollo y el dinero.
¿Y se puede desprenderse de lo material?
Vivimos en un mundo donde lo material juega un rol importante y yo no escapo de eso; sin embargo, creo que constantemente hago el ejercicio de poner el valor de las cosas donde tienen que estar, no siempre me funciona (sonríe).
¿Y del amor?
El amor lo es todo (ríe).
Lo digo porque hay quienes señalan a la mujer soltera o sola aunque sea exitosa.
Por suerte casi nunca estoy sola (lanza una carcajada) Y cuando lo estoy, tampoco me angustio porque tengo la fortuna de tener un trabajo que es mi pasión, que es mi amor. Teniendo eso, el amor en término de pareja, lo recibo como algo que me hace la vida más feliz. Hace mucho que trabajo en mí para tratar de entender que somos mucho más de lo que vemos, “lo esencial es invisible a los ojos”, como diría De Saint-Exupéry .
Del matrimonio dijiste que te parecía “inhumano” ‘condenar’ al otro a estar una vida juntos.
(Ríe) No sé si inhumano pero es antinatural, es una construcción cultural. Creo que la defensa de la libertad es algo que los seres humanos olvidamos y nos autoimponemos esclavitudes que van desde “no tengo las zapatillas que están de moda” hasta “tengo que casarme, tener hijos y tener un perro”. Uno debería ser responsable con su propia libertad. Las esclavitudes, uno se las impone.
Has logrado la libertad en el teatro, dirigiendo, actuando.
Este es mi espacio de máxima libertad, pero espero que trascienda a otras áreas de mi vida(…). No es fácil porque no es una postura complaciente, todos queremos que las personas vayan por los caminos que uno quiere que vayan. Es complicado y a veces causa miedo para las personas que están luchando por un punto de vista individual, independiente.
¿Y qué te falta lograr?
La Palma de Oro en Cannes o algo así (lanza una carcajada). Lo que quiero es tener retos artísticos que me entusiasmen, que me pongan nerviosa.
Imagino que no te entusiasma ninguna ficción en televisión.
¿Actualmente? Muy difícil (sonríe). Pero uno toma decisiones y cuando viene tu tía y te pregunta: “¿ por qué no vas a ser jurado en ‘Esto es guerra’?” (dices) pues no, tengo mi vida dedicada a otras cosas.
¿Sigues pensando en llevar un proyecto a la televisión?
Sí, espero tener tiempo para darle forma. Tenemos que hacernos responsables de lo que sucede en televisión porque es muy cómodo decir nuestra televisión es fatal, pero los que hemos trabajado durante mucho tiempo en ficción, tenemos la fuerza para dar una alternativa diferente, porque creo que la gente ya está un poco harta. Por fortuna uno tiene el control, la libertad de elegir.
Varios artistas están apoyando la unión civil para personas del mismo sexo. ¿Qué opinas?
Evidentemente estoy a favor de la unión civil. Es que ni siquiera debería ser un tema de debate porque se está confundiendo la religión con un tema civil, es simplemente hacer que se cumpla la Constitución. En el debate, cada uno empieza a ‘jalar agua a su propio molino’ dejando de ver lo esencial. Siento que es lo mismo negarle un derecho a un afroperuano o a una madre soltera.
¿Eres creyente?
Fui bautizada como católica.Ahora veo con entusiasmo la actitud del Papa y me parece tan reaccionario que acá estén desoyendo lo que dijo.¡Qué tanto rollo! Es el miedo pues, nos hace tomar acciones tan radicales. Hoy en el mundo globalizado no podemos retraernos al desarrollo, tiene que llegar, va caer por su propio peso de todas maneras.
LA REPÚBLICA