Hace 87 años, en una mañana de marzo de 1927 en la ciudad colombiana de Aracataca, nace el escritor, novelista, cuentista y periodista, Gabriel García Márquez
Con tan solo cinco años, el que sería uno de los más galardonados literatos, queda bajo el cuidado de sus abuelos quienes plasmaron en él sus primeras lecciones de vida: el amor por la lectura y las historias de fantasmas.
“El abuelo no era un hombre culto, ni pretendía serlo, pues a los catorce años se había escapado de la clase para irse a tirar tiros en una de las incontables guerras civiles del Caribe, y nunca volvió a la escuela. Pero toda su vida fue consciente de sus vacíos, y tenía una avidez de conocimientos inmediatos que compensaban de sobra sus defectos”.
Así, con los años “El Gabo” retorna con sus padres y empieza, bajo la sombra de una característica timidez, su formación académica y a escribir sus primeros poemas.
En tanto su pasión por escribir iba creciendo, en Bogotá empieza a estudiar Derecho en la Universidad Nacional de Colombia y publica “La Tercera Resignación”, su primer cuento en el diario “El Espectador”.
Tras esto, García Márquez consolida una larga trayectoria como periodista, redactando para diarios como El Universal de Cartagena, El Heraldo, El Espectador y El Independiente. Al mismo tiempo que se perfila como una de las figuras más importante en la literatura del siglo XX, laureado con el Premio Nobel de Literatura 1982.
Entre sus obras más destacadas están La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, Relato de un náufrago, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, Noticia de un secuestro, Memoria de mis putas tristes y Cien años de soledad.
FRASES
-”Uno de los fallos más grandes que encuentro en el periodismo actual es que le falta una base cultural; los periodistas no tienen tiempo para leer, ni siquiera de leer el periódico. Tampoco tienen tiempo para hacer su trabajo; hay trabajos que necesitan tres días y no se les da más que uno, como mucho”.
-”El periodismo me ha proporcionado un contacto inmediato con la realidad, una capacidad de interpretar que no hubiera tenido sino me hubiera dedicado al periodismo. Son complementarios”.
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